Uno de los signos más frecuentes de dolor de dorso en caballos es la reacción defensiva al colocar la montura o apretarle la cincha. Ese gesto —girar la cabeza, enseñar los dientes o incluso intentar morder— no es una cuestión de carácter, sino una forma de comunicación: el caballo está diciendo que algo le duele.
En Equitrainvet, vemos a diario caballos que muestran este comportamiento, y casi siempre hay una causa física detrás. Comprenderla y actuar a tiempo es esencial para evitar que el problema avance y se cronifique.

1. Dolor de dorso: una causa más común de lo que parece
El dorso del caballo es una región compleja, formada por musculatura larga y profunda que conecta el cuello con la grupa. Un mal uso, una sobrecarga o una montura inadecuada pueden generar tensión o incluso lesiones musculares en esta zona.
Cuando el caballo anticipa el dolor, reacciona defensivamente incluso antes de que la presión se produzca.
Entre las causas más habituales se encuentran:
- Sobrecarga del músculo longísimo del dorso por un trabajo desequilibrado.
- Contracturas en la zona de la silla tras un entrenamiento intenso o un mal ajuste.
- Inflamación de ligamentos o microlesiones en la unión toracolumbar.
El diagnóstico debe basarse en una evaluación biomecánica completa, incluyendo palpación, observación en movimiento y, si es necesario, pruebas complementarias. En muchos casos, un programa de rehabilitación con ejercicios específicos y terapia manual permite recuperar la función y eliminar el dolor.
2. Montura mal ajustada: el origen mecánico del problema
Una montura mal ajustada puede provocar compresión en zonas sensibles, rozaduras o presión desigual sobre los músculos del dorso. Si la montura se inclina hacia atrás o hacia delante, o el puente no se adapta correctamente a la cruz, se genera un punto de presión constante que irrita el tejido blando.
A medio plazo, esto provoca dolor, pérdida de masa muscular y rechazo al ensillar.
Revisar periódicamente el ajuste de la montura —especialmente en caballos jóvenes o en entrenamiento intensivo— es una inversión en bienestar y rendimiento. Un ajuste correcto debe tener en cuenta el ángulo de la cruz, la simetría del dorso y la musculatura paravertebral.
3. Úlceras gástricas: el dolor interno que también se refleja en el dorso
No todos los problemas de comportamiento al ensillar se originan en el dorso. Las úlceras gástricas son una causa frecuente de irritabilidad, rechazo al contacto y sensibilidad a la presión abdominal o torácica.
El caballo asocia la colocación de la montura con la incomodidad interna y responde defendiéndose.
En estos casos, el tratamiento requiere una evaluación veterinaria completa, control de la dieta y manejo adaptado para reducir el estrés.
Conclusión
Cuando un caballo se gira y muerde al ponerle la montura, no está “portándose mal”, está intentando comunicar una molestia. La clave está en identificar el origen: dolor de dorso, montura mal ajustada o úlceras.
Un diagnóstico preciso y un plan de trabajo individualizado permiten recuperar la comodidad, el rendimiento y la confianza del caballo.
En Equitrainvet trabajamos cada día para devolver el bienestar al dorso equino, combinando la evaluación clínica, el ajuste funcional del equipo y el ejercicio terapéutico.
