La rehabilitación de tendones en caballos es un desafío que requiere precisión, paciencia y un enfoque integral. Tradicionalmente, las terapias pasivas como el reposo, vendajes y tratamientos físicos han sido el pilar de la recuperación. Sin embargo, cada vez más estudios y experiencias clínicas demuestran que el ejercicio controlado desempeña un papel crucial en la regeneración y fortalecimiento de los tendones.

¿Por qué es importante el ejercicio durante la rehabilitación de tendones?
Los tendones en caballos tienen una capacidad limitada de regeneración debido a su escasa vascularización. Tras una lesión, el tejido cicatricial que se forma tiende a ser más débil y menos flexible que el tejido original, lo que aumenta el riesgo de recaídas. Aquí es donde el ejercicio terapéutico entra en juego. Un programa de ejercicio controlado y progresivo ayuda a:
· Estimular la remodelación de colágeno: El movimiento suave y repetitivo favorece la alineación correcta de las fibras de colágeno en el tendón en reparación.
· Mejorar la elasticidad y resistencia: El trabajo gradual fortalece el tejido cicatricial, dotándolo de mayor capacidad para resistir el esfuerzo.
· Prevenir adherencias: El movimiento evita que se formen adherencias entre el tendón y los tejidos circundantes, manteniendo una buena movilidad.
· Optimizar el flujo sanguíneo: La actividad física moderada mejora la circulación local, acelerando los procesos de regeneración.
· Promover el equilibrio musculoesquelético: El trabajo controlado mantiene el tono muscular y evita desequilibrios que puedan afectar negativamente a la estructura del tendón.
Diseño de un programa de ejercicio para la rehabilitación tendinosa
Cada lesión tendinosa es única y, por tanto, el plan de rehabilitación debe personalizarse. Sin embargo, algunos principios básicos son aplicables a la mayoría de los casos. Estas son las distintas fases del proceso de rehabilitación:
Inicial (reposo activo): Durante las primeras semanas, el ejercicio se limita a paseos a mano o caminatas suaves en línea recta. Esto minimiza el estrés sobre el tendón lesionado mientras se mantiene cierta movilidad.

Intermedia (introducción de trabajo en cuerda): Conforme el tendón cicatriza, se pueden incorporar ejercicios al paso y trote en cuerda, siempre en terrenos planos y controlados. Se recomienda evitar curvas cerradas que puedan sobrecargar el tendón.
Avanzada (trabajo bajo montura): En esta etapa, se introduce el trabajo bajo montura, con transiciones suaves y ejercicios que favorezcan el equilibrio y la simetría muscular. El galope debe incorporarse de manera progresiva y controlada.
Final (reincorporación al entrenamiento) : Finalmente, el caballo regresa gradualmente a su actividad normal, aumentando la intensidad del trabajo según la respuesta del tendón. La reincorporación completa puede tomar varios meses, dependiendo de la gravedad de la lesión.
Factores clave a considerar

Monitorización constante: El seguimiento ecográfico periódico permite evaluar el progreso de la reparación y ajustar el plan de ejercicio.
Escucha activa del caballo: Es fundamental observar cualquier signo de dolor o inflamación. Si el caballo muestra molestia, es recomendable reducir la intensidad del ejercicio.

Asesoramiento profesional: Contar con el apoyo de un veterinario especializado en medicina deportiva equina garantiza un enfoque con fundamentos científicos y adaptado a cada caso.
Conclusión
En resumen, la rehabilitación de tendones equinos no debe limitarse a terapias pasivas. El ejercicio, cuidadosamente diseñado y controlado, es una gran herramienta para restaurar la funcionalidad del tendón y prevenir futuras lesiones. La combinación de ejercicio terapéutico y monitorización profesional maximiza las probabilidades de una recuperación exitosa.
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