En septiembre volvemos a las clases, volvemos al trabajo, volvemos a la rutina y volvemos a montar a nuestros caballos. Este mes marca el final del verano y del calor, empiezan los días cortos. Tenemos que empezar a pensar en la temporada deportiva, en los concursos y en el día a día de nuestro caballo. Tenemos que poner en forma al caballo después de las vacaciones.

Los descansos

Muchas veces aprovechamos el verano para dejar descansar a los caballos y esto está fenomenal, tanto para el descanso muscular como para el mental. A pesar de esto, hay que planear adecuadamente la vuelta al ejercicio. Tiene que ser gradual y hay que tener en cuenta las necesidades y posibles problemas que pueden surgir con cada caballo. Un buen descanso es una forma perfecta de reponer fuerzas, pero un descanso mal organizado puede fácilmente lesionar al caballo.

Objetivo

Cuando organizamos nuestro año equino lo primero que debemos plantearnos es ¿Cuál es nuestro objetivo? Debe ser un objetivo ambicioso, pero también hay que ser realista, no podemos pretender que un caballo que solo salta 0,80m acabe saltando 1,40m en tan solo unos meses, ni que un potro que apenas sabe hacer círculos aprenda a piafar. Además, lo ideal es que sea un objetivo concreto, no solo debemos pensar en “quiero acabar saltando X” sino que tiene que ser “quiero acabar saltando X en este concurso en concreto”. De esta forma nos permite marcar un calendario, ver de cuantos meses disponemos para conseguir nuestro objetivo y así podernos organizar.

Organización

Una vez tengamos en mente nuestro objetivo debemos buscar el calendario de competiciones. Si tenemos un plan serio con nuestro caballo no podemos ir decidiendo a qué competiciones vamos sobre la marcha, hay que pensar las cosas con tiempo. Parece lógico pensar que no será en la primera competición de la temporada en la que logremos nuestros objetivos, más bien debería ser hacia el final de esta. A continuación, buscaremos competiciones que nos sirvan de entrenamiento. Estas competiciones sirven para que el caballo vaya subiendo de nivel, se vaya acostumbrando a distintos concursos, distintos ambientes… Si realmente queremos que el caballo llegue al final de la temporada al máximo nivel tampoco podemos buscar competiciones todos los fines de semana. En la mayoría de ocasiones, menos es más. Debemos buscar las competiciones más interesantes o que más nos convengan. El resto del tiempo debemos dedicarnos dedicarnos a entrenar ¡competir por competir no sirve para nada!. 

Plan de entrenamiento

Con el calendario decidido estableceremos un plan de entrenamiento para la puesta en forma del caballo después de las vacaciones. Para ello tenemos que pensar, en primer lugar, en el tiempo que le podemos proporcionar a nuestro caballo a la semana, las posibilidades del sitio en el que le tenemos (qué campo hay cerca, cuestas, caminador, treadmill…), si tenemos vacaciones planeadas… Los cambios en el proceso de entrenamiento tienen que ser siempre graduales. De hecho, muchas veces encontramos problemas por los descansos o las bajadas y subidas de intensidad por culpa de una mala gestión. El nivel de trabajo no debe ser constante, por ejemplo, antes de las competiciones muchas veces es interesante bajar el nivel de trabajo para ahorrar energía y que estén frescos y después de las competiciones hay que seguir con el entrenamiento, para no pasar de un ejercicio máximo de competición a la inactividad absoluta.

individualización

En función de las características de nuestro caballo y de la disciplina que practiquemos, además del entrenamiento habitual debemos hacer entrenamientos de musculación y entrenamientos de prevención de lesiones. Esto significa que si a nuestro caballo le cuesta muscular el dorso o la grupa debemos hacer ejercicios específicos para ello, que no siempre tienen por qué ser habituales en nuestra disciplina. Un caballo sano que tenga alguna zona sin muscular es porque no se está entrenando bien, no porque ese caballo no muscule bien. No todos los caballos necesitan los mismos ejercicios ni el mismo tiempo para conseguir la misma musculatura. Además, conociendo las características morfológicas y de la historia del caballo así como su disciplina y nivel, hay que preparar entrenamientos de prevención de lesiones de manera que potenciamos estructuras que ayudan a otras, que sabemos de antemano que pueden sufrir o sobrecargarse.

En resumen, acaba el verano, empiezan los planes de entrenamiento y los éxitos deportivos. Poner en forma a un caballo después de las vacaciones se resume en: planear, entrenar y entrenar. Pero este entrenamiento debe ser con cabeza, coherente y adecuado para el caso concreto de tu caballo.

Hay caballos que son más fáciles de muscular y poner en forma que otros. Muchas veces hay que contar con la ayuda de profesionales especializados para poder organizar el plan de entrenamiento más adecuado para nuestro caballo. Una buena preparación física es imprescindible si queremos competir y no siempre es fácil. El encargado de hacer el plan de entrenamiento y revisar que funcione debe trabajar codo con codo con el jinete y con el entrenador.

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