
Montar un potro debería ser el resultado de un proceso, no el comienzo del trabajo. Aunque a menudo se asocia el inicio del entrenamiento con “poner la montura”, lo cierto es que un potro necesita una preparación física, mental y estructural muy precisa antes de llegar a este punto. El entrenamiento de potros es necesario para la salud y el rendimiento del futuro caballo.
Y es que el desarrollo del esqueleto del caballo no se completa hasta los 6-7 años. Esto significa que su columna, sus articulaciones y, en especial, su dorso, son todavía vulnerables en etapas tempranas. Exigirles carga prematuramente puede provocar problemas crónicos, bajo rendimiento y, en el peor de los casos, lesiones irreversibles.
Entonces, ¿qué debemos hacer antes de pensar en montar un potro?
1. Entender el desarrollo del potro: huesos, cartílago y dorso
Durante los primeros años de vida, el sistema musculoesquelético del caballo se encuentra en pleno crecimiento:
- Las placas de crecimiento (fisis) permanecen activas en muchas zonas hasta los 5-6 años.
- La columna vertebral —especialmente las uniones intervertebrales y procesos espinosos— madura más tarde que las extremidades.
- El dorso equino aún no está preparado para soportar peso sostenido, ni físico ni emocional.
💡 Poner una montura demasiado pronto, aunque no haya jinete, puede interferir con este desarrollo natural.
2. El entrenamiento del potro debe ir antes de trabajar bajo montura
Preparar al potro para su futura vida como caballo montado no significa montarlo pronto, sino construir las bases necesarias para que pueda asumir esa carga cuando esté preparado. Eso incluye:
✅ Tonificar la musculatura del dorso
- Ejercicios de core desde el suelo (como elevaciones de cruz y abdomen).
- Estiramientos y movilizaciones activas que promuevan la conciencia corporal.
✅ Estimular la propiocepción
- Trabajo en distintas superficies.

- Barras en el suelo a paso.
- Caminatas con giros, cambios de ritmo y control de dirección.
✅ Fomentar la coordinación y el equilibrio
- Sesiones cortas de trabajo en libertad o a la cuerda sin forzar ritmos rápidos.
- Transiciones suaves entre paso y parada, con enfoque en el control postural.
3. Educación básica: confianza y manejo antes que rendimiento
La educación de un potro debe empezar por la confianza y el respeto mutuo. Antes de poner una montura, tu potro debería:
- Caminar con calma del ramal.
- Ceder a presiones suaves (por ejemplo, para mover sus cuartos o el cuello).
- Estar habituado al contacto con cinchas, vendas, mantas y ruidos nuevos.
- Aprender a gestionar el estrés de forma progresiva, no a base de “aguantar”.
Esto crea un entorno emocionalmente seguro para cuando llegue el momento de añadir estímulos nuevos como la montura, el filete o el peso del jinete.
4. El trabajo físico debe ser gradual, estructurado y adaptado al entrenamiento del potro
No hay un calendario universal que diga “a los 2 años se hace esto, a los 3 lo otro”. Cada potro tiene un ritmo. Un trabajo bien planteado se basa en:
- Sesiones breves (10-20 minutos), con mucho refuerzo positivo.
- Una frecuencia adaptada a su capacidad física y mental.
- Descanso suficiente entre sesiones para permitir la recuperación.
- Evaluaciones periódicas del estado físico y comportamiento del potro.

5. ¿Y en qué momento del entrenamiento del potro se puede poner la montura?
Poner una montura no es lo mismo que montar. Y aún así, debe hacerse con precaución. Algunos criterios que indican que tu potro podría estar preparado para este paso:
- Tiene una base muscular mínima en dorso y abdomen.
- Acepta el manejo y el contacto en todo su cuerpo sin tensión.
- Responde a las señales básicas desde el suelo con suavidad.
- Ha sido introducido de forma progresiva al peso (por ejemplo, con mantas pesadas o contacto en el lomo sin montura).
Si todo va bien, la introducción de la montura debe hacerse como cualquier otro estímulo nuevo: de forma progresiva, sin prisas y observando cualquier signo de incomodidad.
Proteger el dorso es proteger su futuro
El dorso de un caballo es la base de su rendimiento. Si no desarrollamos su fuerza y funcionalidad antes de cargarlo con una montura y un jinete, estamos comprometiendo no solo su salud física, sino también su actitud frente al trabajo.
En Equitrainvet podemos ayudarte a diseñar un plan de entrenamiento adaptado a la edad, raza, nivel de desarrollo y temperamento de tu potro. Porque el mejor momento para entrenar no es cuando ya estás encima, sino antes.