Poner una montura no adecuada para un caballo es un error que seguramente todos hayamos cometido, yo la primera. Por supuesto, esto no se hace, ni mucho menos, a mala idea, pero se hace y mucho.

Hay que ser consciente de que la montura es nuestra zona de unión con el cuerpo del caballo. Cuando montamos vamos subidos en ella y, por tanto, todo nuestro peso descansa sobre ella. Si la montura ya de por sí molesta al caballo, al subirnos y poner todo nuestro peso sobre ella, la molestia, así como sus efectos, se intensifican.

Una montura incorrecta produce dolores y atrofias en la musculatura, además de una limitación en el movimiento del caballo. Cuando se ve un caballo sin musculatura en el dorso, con dolor en el dorso o con musculatura distinta a un lado y a otro del dorso lo primero que se debe revisar es la montura. Los problemas de dorso y su relación con ella parecen evidentes, sin embargo, no son los únicos. Los problemas de impulsión o de flexibilidad también pueden venir por un problema de la montura y quizá no sean tan fáciles de detectar.

Tanto si vas a comprar una montura como si quieres saber si la tuya es la adecuada hay varias pruebas que debes hacer.  No hace falta que seas especialista en monturas para llevar estas pruebas a cabo.

Lo primero que debes hacer es asegurarte de que la montura esté en buen estado, esto, aunque suene muy evidente, es básico. Hay una gran cantidad de jinetes montando incluso con monturas rotas sin saberlo. Debes tener en cuenta que las monturas se desgastan del uso y vigilar que estén bien.

Después se debe probar la montura en el caballo. Para ello debes ponerla sin mantilla ni salvadorsos, directamente sobre el pelo. Asegúrate de que haya suficiente espacio entre la montura y la cruz (deben entrar al menos tres dedos). También debes comprobar que el contacto de la montura con el caballo sea suave y uniforme, apoyándose en todas partes por igual. Muchas veces vemos que hay zonas que no hacen contacto o que la montura queda levantada de delante o de detrás.

Por último, es importante que te subas. Hacer fotos y vídeos montando, especialmente desde detrás, nos permite ver cosas como: si la montura se desliza hacia algún lado, si se mueve, si se levanta de delante o de detrás… Lo más fácil, además de que lo vea alguien desde abajo, es grabarlo ya que así podemos ir analizando los fotogramas y verlo más claramente.

Recuerda que hay especialistas en el tema y si lo necesitas les puedes consultar. Aunque haya muchas cosas que podamos revisar nosotros mismos, siempre los ojos de un especialista nos pueden ayudar.

Si tu montura no es la adecuada no se debería arreglar con un salvadorsos, lo ideal es arreglarla o cambiarla. Entiendo que la parte económica muchas veces es limitante, pero mejorar o adecuar la montura al caballo nos va a ahorrar muchos problemas de dorso (que tampoco saldrán baratos).

Por último, recordarte que si has tenido problemas con la montura, además de arreglarla o cambiarla, hay que revisar el dorso del caballo. Primero habrá que quitar el dolor, lo que se puede hacer mediante tratamientos veterinarios o fisioterapéuticos, y luego seguir un plan de trabajo para volver al ejercicio. Estos planes dependerán del caballo pero es imprescindible que incluyan trabajo a la cuerda y estiramientos o trabajo de core.

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